Esta es una de esas películas de la que uno se acaba enterando por el boca a boca y que, poco a poco, va adquiriendo esa inefable categoría de «obra de culto». En mi caso, el aviso me llegó de mi hermano Albert. Fue estrenada en el 2007 y pasó sin pena ni gloria, como sucede con la mayoría de producciones independientes que no disponen de distribución masiva. De hecho, ni siquiera sé si llego a estrenarse fuera de los Estados Unidos. El guión es obra de Jerome Bixby, escritor de ciencia ficción conocido por firmar algunos episodios de Star Trek, y aunque empezó a fraguarse en los 60, no sería concluido hasta su lecho de muerte, deviniendo obra póstuma.
¿Puede una película de ciencia ficción desarrollarse, casi por completo, en el interior de una cabaña, sin mostrar, a lo largo de todo su metraje, ni un solo efecto especial y resultar un ejercicio apasionante de especulación, atrevido e inteligente, que te mantiene pegado al sofá hasta el último fotograma? Puede. Aunque, desgraciadamente, este tipo de tesoros en los que la historia, pura y dura, es eje central, madre y señora de toda la función, no abundan. No perdáis la oportunidad de difrutarla. ¿El argumento? Creo que el trailer lo sintetiza de forma admirable.