A estas alturas a Enjuto Mojamuto ya le conoce hasta el Tato. Aunque el ciberfreak del gorro me encanta, siento especial predilección por esta otra creación de Joaquín Reyes. A ver si hay suerte y se animan a sacarla más a menudo en Muchachada nui, que por cacharricos de los ochenta no será: los primeros juegos electrónicos (precursores de la Gameboy), el Commodore 64 y el Amiga 500 (Commodore rules!), el rebobinador de cintas de video (pa que no se cascaran los cabezales), el MSX (o como jugar al futbol con 22 tipos con bigote y pinta de fontanero), la doble pletina como pirateadora de juegos de ordenador (esas largas esperas para que se cargara el jueguecito de marras, ese atornillar y desatornillar el cabezal buscando el punto de carga correcto), el Amstrad CPC (ese Batman de Ocean que utilizaba la técnica filmation creada por Ultimate)…
Miasma llega al número 10
Paso a paso, siguiendo el viaje que sus responsables iniciaron el 2006, el fanzine manresano llega al décimo número de su versión en castellano. Todo un gustazo que uno de mis relatos esté presente en número tan especial y un verdadero placer que lo haga acompañado de buenos amigos. Su aparición está prevista para el próximo 12 de junio y su contenido será el siguiente:
-MAKO de José María Tamparillas.
-LAGO DE FUEGO de Magnus Dagon.
-LA ISLA de Francisco Javier Illán Vivas.
-LA MUERTA SE LLAMABA PAULA de Enric Herce.
-EL CUERVO BLANCO de Miguel Puente.
-QUIERO DEGOLLAR AL REY NEGRO de Tobías Grumm.
-LAS CINCO BRUJAS de Emanuel R. Marques.
-PEDRO Y EL AGUJERO de Carlos de la Cruz.
Y portada a todo color, obra de David M. Rus.
Toda la información necesaria para saber dónde conseguirlo la podéis encontrar en su página web.
Columna en sedice: Cosas que importan
El debate es tan antiguo como las adaptaciones literarias, pero con el perfeccionamiento de los efectos digitales y el desembarco masivo de los superhéroes comiqueros vuelve a surgir a cada nuevo estreno. ¿En qué consiste una buena adaptación cinematográfica? ¿Basta con reflejar el espíritu de la obra original, debe reproducirse hasta el más ínfimo detalle, o es imprescindible que se den ambos elementos? Actualmente, Internet mediante, disponemos de más información previa que nunca al visionado de la película: teasers, featurettes, trailers, campañas virales y demás, nos empujan a crucificar una producción o a alzarla a los altares antes de haber pasado por taquilla. Más allá del marketing, ¿hasta que punto es bueno para la justa valoración de la película este exceso de información y, en consecuencia, de prejuicios?