Darle vueltas a la música de Los Nikis desde una perspectiva sesuda sería como intentar hacer un análisis concienzudo de periodismo a partir de ¿Dónde estás corazón?. Es decir, tan imposible como innecesario. Y no porque la música de los de Algete tenga nada que envidiar a la de otros grupos españoles que han pasado a engrosar de forma más contundente la memoria colectiva de la musica popular patria, sino por la sencilla razón de que ellos fueron los primeros que nunca quisieron tomarse en serio. En cualquier caso y si ha existido alguna vez por estos lares un grupo que utilizara en sus canciones referentes de la cultura del momento, especialmente cinematográfica, estos fueron Emilio, Joaquín, Arturo y Rafa. Por sus canciones soltadas a bocajarro, con ese estilo directo y contundente, a lo Ramones pero en versión pija, pasaron desde el Charlton Heston de El Planeta de los Simios, el Doctor Josef Mengele de Los niños del Brasil, homenajes al Peplum como «Ave César», al género carcelario en «Diez años en Sing Sing», al western en «La inútil persecución de Morgan», o al cine de terror en «Sangre en el museo de cera», «Ernesto» o «La hormigonera asesina». Os dejo que adivinéis solitos, tampoco os váis a herniar, a que clásico de la ci-fi homenajea la siguiente:
Las películas de capa y espada también tuvieron su particular homenaje. Desconozco cuánto tiempo lleva eso del rol en vivo practicándose por estas latitudes, pero este video de finales de los ochenta seguro que fue todo un precedente. ¿Quién necesita batirse con bichejos extraños y vivir aventurillas cuando los verdaderos placeres del medievo residían en comer sin modales, meter mano a rubias macizorras y vestirse como latas de sardinas?
A diferencia de la mayoría de grupos adolescentes actuales que hacen todo lo posible por resultar lo más anglosajones posibles, tendencia contra la que los mismos Nikis cargaron en su último disco hasta la fecha, Más de lo mismo de 1998, con la canción «Canto en inglés»: «Canto en inglés, canto en inglés, no sé lo que canto porque está en inglés», los de Algete nunca perdieron ocasión de reivindicar sus orígenes y lo hicieron, claro está, de la única forma que alguien inteligente puede hacerlo: con mucho sentido del humor. Composiciones como «Las ventajas de ser de aquí», «Inquisición, inquisición» o «El imperio contraataca» dan fe de cuál era su opinión sobre el país que les había tocado en suerte. Curiosamente esta última canción con título tan Lucasiano fue tomada por ciertos sectores de ultraderecha como un himno que reivindicaba el retorno a un pasado glorioso. Por dejar que sean ellos mismos los que dejen bien clarita su postura sobre el tema os dejo un fragmento de una de tantas entrevistas, en este caso un encuentro virtual, donde les preguntaron sobre el asunto:
«Soy de los gilipollas que he malinterpretado durante años «El imperio contraataca». Yo pensaba que la escribisteis así porque estabais orgullosos de ser españoles, y lo que pasa es que os estabais riendo de vuestro país. Qué penita madre.
Pues veo que ahora tampoco lo has entendido ¿Tan complicado es?. Yo (Joaquín) hice la letra inspirado en los mapas de España que salían en los libros de historia del colegio. España en el siglo XV era medio mundo. Luego iba mermando. El imperio actual es USA. La letra iba de que volvería el imperio español con sus costumbres, tortilla de patata, etc y hundiría el americano: los McDonald’s están de vacas flacas. Vamos, una chorrada como el resto de nuestras letras. ¿Qué tiene que ver Franco en todo esto? Que alguien me lo explique.»
Extraordinarios, Impagables, Larga vida a los nikis 8)
Me encantan. Mi novia se ha ido a Katmandú, y esas canciones gamberras de estribillo fácil y guitarras distorsionadas,
Si ya lo decía Julio Ruiz en Radio 3 son:»Los Ramones de Algete»
Evidentemente no puedo estar más de acuerdo con ambos.
Siempre he pensado que uno de los elementos que convierte a las canciones de Los Nikis en especiales es su capacidad narrativa. La mayoría de ellas, lejos de describir estados anímicos o de repetir cuatro frases mal enlazadas, cuentan verdaderas historias, descacharrantes y surrealistas sin duda, pero pequeñas historias al fin y al cabo. Y a veces en menos de dos minutos.