Esta tendencia está cogiendo mucha fuerza entre universidades, bibliotecas y otras instituciones y organizaciones; sin ir más lejos, CCOO acaba de convocar el Primer Premio de Novela Corta de Lectura Fácil en català.
Tal y como explica la Asociación Lectura Fácil en su web, a pesar de su nombre, se trata de ciertas pautas de escritura cuya finalidad es la creación de material de lectura para gente con dificultades lectoras o de comprensión. Es decir, un grupo bien heterogéneo que incluye desde niños a inmigrantes recientes, pasando por analfabetos funcionales, ancianos, afásicos, hasta gente con discapacidades mentales o físicas. La propuesta parte de la base que el acceso a la cultura, a la literatura y a la información es un derecho democrático al que, a menudo, no todos pueden acceder debido a las limitaciones que impone el propio medio. Aquí podéis consultar las directrices básicas de lectura fácil, aunque más allá del lenguaje también las hay que conciernen a la maquetación del texto o a el contenido del mismo. Os dejo algunas de ellas, como observaréis las hay que son de aplicación en cualquier tipo de escritura:
- Exponer el texto de forma ordenada y bien relacionada.
- Evitar la implicación de muchos personajes en cada acción.
- No dar por asumidos conocimientos previos sobre el tema tratado.
- No justificar el texto por el lado derecho.
- Escoger tipografías claras.
- No utilizar dibujos como fondo de texto pues dificultan la lectura.
- Procurar que el final del párrafo coincida con el de página.
- Desarrollar la acción siguiendo un único hilo y de acuerdo a una secuencia lógica.
A priori uno puede pensar que nos encontramos ante otra de esas tendencias que aparecen como champiñones en tiempos políticamente correctos, pero por poco que uno lo medite, vale la pena tomar esta iniciativa en consideración. Evidentemente no se trata de escribir siempre sometidos a estas directrices, pero sí de tener conciencia de esta variedad y por qué no, de la misma manera que uno puede plantearse la escritura de una novela infantil o histórica, proponerse una de lectura fácil. A veces resulta recomendable salir de nuestra torre de marfil, escaparnos de nosotros mismos y de nuestros personajes e historias; de preocupaciones lícitas como temas de publicación y distribución, y desplazarse hasta el otro extremo de la cadena. Ponerse en la piel de toda aquella gente que quiere disfrutar del placer de la lectura, pero que, sencillamente, no puede hacerlo porque nadie escribe pensando en ellos. De hecho, estoy seguro de que bastará que las ventas y premios de este tipo de escritura empiecen a cantar para que más de uno y de tres se lancen a practicarla. A modo de prueba he escrito una página intentando seguir las pautas marcadas y os aseguro que resulta todo un desafío. Ahora tengo bien claro porque no se la denomina escritura fácil.
KoN lO DiBrTiDo K S SkRbIr AsInA…
¡Y fácil! Pero leerlo ya es otro cantar…