Cuando relatos realmente buenos, buenos porque sí, se quedan sin premio, uno tiene a la fuerza que rendirse a la evidencia y soltar aquello de que el nivel de este año ha sido espectacular, superior al del pasado, y teniendo en cuenta que entonces la cosa ya fue de altos vuelos, remito a los incrédulos a la selección de los mejores relatos, ya os podéis imaginar de qué estamos hablando. Como siga este incremento ya no me quiero ni imaginar lo que puede pasar el año que viene o el siguiente: el pobre jurado puede terminar con una salud mental muy perjudicada en el intento de hacer justicia y decantarse por unos vencedores. Lo dicho. Un manjar para gourmets que en breve tomará forma de libro con una selección de los mejores, unos veinte. Los ganadores…
Mejor relato en castellano: Una idea ridícula de José Manuel Fernández Aguilera. Lo podéis leer aquí.
Mejor relato en catalán: Plaga de humanitat de Menut. Lo podéis leer aquí.
Accésit: La decisión de Serafín Gimeno Solà. Lo podéis leer aquí.
Mención de honor: El arte de la guerra según Charles Darwin de Ricardo Montesinos. Lo podéis leer aquí.
Mención de honor: Órbita Koimeterion de José María Pérez Hernández. Lo podéis leer aquí.
Más información sobre los ganadores y sus premios en el blog Ovelles Elèctriques.
Enhorabuena a sus autores, a todos aquellos que han logrado situarse entre los publicables, Eugeni se lo hará saber pronto, y por supuesto a cuantos han participado en esta segunda edición del certamen y que tan buenos motivos de discusión nos han dado a Eloi Puig, Jordi GT, Ramón Batalla y a un servidor.
¡Hasta otra!
En España la gente hace unos cuentos que flipas, así que preparaos para evaluar más en próximos años. Se siente por vuestra salud mental.
Peñazo el que me pegué yo en una ocasión en la que no había mas de tres o cuatro relatos que valieran la pena. ¡Antes me tragué mas de veinte! Al menos si son buenos, pasas un buen rato. 8)
Una vez estuve solo de oyente y testigo en la elección del cartel para la Fira del Llibre, y que mal lo pasé! tantos trabajos buenos y el jurado solo podía escoger uno.
Somos unos cuentistas natos, JM. 😉
Eso sí que resulta desesperante, Joe, aunque no quiero ni imaginarme en semejante tesitura con el volumen de los presentados a l’Ovelles II.
Y para más inri entiendo, Verónica, que no podías decidir… seguro que acabaste entendiendo mejor que nunca a aquellos sufridores del 1,2,3.