Superados los problemas con la base de datos que bien cerquita han estado de cargarse definitivamente el blog, actualizo con la última columna aparecida en Sedice, y van dieciocho. Esta vez le toca salir a la palestra a esa curiosa tendencia, que cada vez se apunta con mayor insistencia por estas redes de Dios, en relación a la superpoblación de escritores que azota el pequeño reducto fandomita. Superávit, que, dicen, ni el ínfimo número de publicaciones ni de lectores pueden absorber. No entraré a valorar aquí la opinión que me merece dicha afirmación que para eso está la columna, pero a buen entendedor…

Leer la columna: Diccionario fandomita.