—¿Vas a viajar a algún sitio estas navidades?
—Naaaa. Me quedaré frikeando por la ciudad. Han abierto un par de tiendas que prometen.
—¿Tiendas de qué?
—Tiendas frikis.
—Sí claro, ¿pero qué venden ahí?
—Ya sabes, videojuegos, camisetas, pelis, cómics, manga, juegos de rol… cosas frikis.
—¿Y qué tiene de friki todo eso? En mi pueblo le llamamos ropa y productos de ocio.
—¿En tu pueblo dices? Joder tío, de verdad, ¡mira que llegas a ser friki!
La imagen que acompa+?a esta entrada es obra de theRIAA en devianart.com.
Lo cierto es que resulta preocupante la dimensión que está cogiendo esta palabra. Nosotros porque nos movemos en el ambiente literario, pero por otros lares la palabra friki se aplica para definir cualquier cosa.
Hay gente que no la soporta. Francamente, me quedo con la versión del pueblerino.
Yo cada día la soporto menos. Su aplicación actual me parece una moda esnob que no atiende a criterio alguno.
pues entre la muchachada es un palabra muy frecuente que usan para hablar de alguien raro.
A mi tampoco me gusta y además está mal utilizada(ya me salió la vena profesional), porque freaky es un adjetivo y debería usarse freak, el sustantivo. Pero bueno.
Muy cierto lo que dices Alex. De hecho, más que mal utilizada, la palabra sencillamente no existe en nuestro idioma. De hecho, «friki» y «frik» son simples adaptaciones populares de la fonética inglesa al castellano que de momento no aparecen en el diccionario de la RAE.
Supongo que «friki» resulta más cómodo de pronunicar y más acorde con nuestra sonoridad que «frik» y es por eso que se acostumbra a usar sin distinción, tanto para el nombre como para el adjetivo.
Esto es lo que se llama ser metafrikis, jejeje
Sí, a mi cada vez me escama más la palabrita en cuestión.