Archivo de la categoría: Mundanal ruido

Últimas y penúltimas noticias del mundo exterior.

Reseña de Friki en Bem on Line

Una nueva reseña siempre es bien recibida, sobre todo si llega avalada por el prestigio y seriedad que caracterizan a una web como Bem on Line. Y si encima sales bien parado, pues miel sobre hojuelas.

Friki es un libro con diferentes características que lo hacen muy recomendable no sólo para niños, sino también para adultos. El autor posee la virtud de saber escribir una historia sencilla pero con mucha garra y visualidad, sin dejar que ésta se convierta en una ñoñería como suele suceder en demasiadas ocasiones. Nos arrastra, literalmente, por sus páginas hasta que la acabamos. Es evidente que su argumento es muy elemental, no olvidemos que estamos frente a un libro dirigido a niños a partir de 9 años, tal y como advierte en su tapa, pero ello no es óbice para que Herce sepa narrarlo de forma sencillamente brillante.

Podéis leer la reseña completa aquí.

NECRÓPARIS

Locura a la orilla del Sena

Así, en mayúsculas, es el título de la primera entrega de la colección de terror de la nueva editorial NGC Ficción, y la primera obra literaria de Fernando Cámara.
  Dani y Eva, matrimonio al borde de la cuarentena con hijos, llegan a la capital francesa dispuestos a disfrutar de tres días de libertad, sin niños, sin biberones, sin llantos a medianoche. Lo que empezará como un viaje cualquiera a la ciudad del amor, con los dos protagonistas recogiendo su equipaje en el aeropuerto de Orly, ira virando, sin motivo aparente, hacia tonos cada vez más lúgubres.
  El estilo de Fernando Cámara, con amplia experiencia como guionista de cine y televisión, es esquemático. Frases cortas y directas al meollo entre las que se hilvanan líneas de diálogo, liberadas aquí de la tiranía de los guiones. Esta forma de proceder dota de una marcada personalidad a la obra, al tiempo que facilita al máximo que el lector entre, se zambulla, en ella después del magnífico prólogo de David Jasso.
  Sobre Eva y Dani recae el peso de la historia, una pareja con muchos años de convivencia de cuyas conversaciones y reacciones ante el otro obtendremos buena parte de la información que el autor nos brinda acerca de su forma de ser y relación. El tercer vértice del triángulo es París, omnipresente en todas y cada una de las páginas, acompañando al matrimonio desde su primer paso en esa escapada de tres días. Una ciudad con dos caras bien distintas: turística, apabullante, llena de colorido por el día; siniestra, opresiva, llena de peligro por la noche.
  La obra funciona perfectamente a nivel simbólico, cualquiera diría que es la radiografía que David Lynch o Polanski harían de un viaje a tierra extraña: los problemas de comunicación, con el equipaje, con la documentación… o quizá del principio del fin: el ocaso que marca el abandono de una juventud que se resiste a desaparecer a pesar de la cotidianidad y las responsabilidades de la edad adulta; ese Mazinger Z, metáfora del síndrome de Peter Pan que se perpetúa como talismán y apego al paraíso perdido.
  Como sucede en cualquier pesadilla, los primeros indicios extraños son los que resultan más inquietantes, y a medida que la trama se desarrolla y la locura se desborda, el engranaje pierde algo de fuelle, saturada la imaginación de estímulos oníricos e irracionales. Los elementos que resultarán familiares a cualquier viajero: el desapego de ciertos miembros del personal de un hotel o la compleja burocracia del aeropuerto son los que mejor funcionan, mientras que aquellas situaciones más extremas, con elementos arquetípicos del carácter o historia franceses, pueden resultar menos desasoegantes.
  Devoré el libro en poco más de dos horas. Pily B. y su proyecto editorial no podían empezar la andadura por el páramo de lo oscuro con mejor propuesta.

Diginovela

Leo en un suplemento dominical de cultura que el creador y productor de CSI, Anthony E. Zuiker, acaba de sacarse de la manga la enésima revolución de la forma en la que entendemos la literatura: la diginovela. Con ese nombre uno ya puede sospechar por dónde van los tiros. La editora española del invento, Maria Guitart, lo explica en el artículo con estas palabras, se trata de: «una novela que traspasa los límites del papel creando un universo propio con materiales audiovisuales». Pues eso. Una novela con vídeos intercalados que sirven de transición entre algunos capítulos. ¿Dónde están los videos? Pues en Internet, faltaría más, y se accederá a ellos mediante unas claves que se obtienen cada cinco capítulos. Según la misma editora:«creo que cada vez se extenderá más y es lógico porque poco a poco nos acostumbraremos a leer libros en soporte digital y nos permitirán tenerlo todo en el mismo momento: estarás leyendo el libro en tu tablet y clickarás directamente sobre el link en el mismo soporte, no tendrás que irte al ordenador a ver los vídeo. Me parece un paso más que lógico hacia una nueva dimensión de lectura. Creo que esto es el principio de algo muy grande». El entusiasmo de la mujer vendiéndonos el asunto es encomiable, al final y al cabo es su trabajo, pero por poco que uno medite sobre el tema y caiga en la cuenta de que el gran invento estriba en unos cuantos videoclips colgados en la red que conviene ver en un orden determinado, entiende que todo el asunto huele a bodrio, por mucho que se nos venda como la cuadratura del círculo. De hecho, los motivos que llevaron a la editorial a comprar la novela ya nos indican por dónde van los tiros: «antes de comprar la novela vimos el vídeo de promoción y tuvimos la sensación de estar viendo un capítulo de CSI». Por si hubiera pocos y mal repartidos entre sus tres franquicias. «Esta nueva forma de lectura te permite, no sólo adentrarte más en la historia sino que te hace formar parte de la investigación de la novela», es decir, que hasta ahora, el más pasivo de los ocios, el televisivo, asciende por obra y magia de la diginovela, a la más interactiva de las actividades. Introducir un código en una página web y visualizar el video correspondiente es una actividad tan pasiva como ver a la Esteban tirado en el sofá, y a mi entender, más que adentrarte en la historia lo que hace es echarte de ella, imponiendo voces, rostros y localizaciones, a los que tu imaginación, con libertad absoluta, ya había escogido para personajes y escenarios. Como leer el libro y ver la película al mismo tiempo. Nos pasamos el día bajo un chaparrón de información audiovisual. ¿Quién demonios necesita más vídeos?