Agradecido

Las casualidades existen y Internet es un pañuelo. Joe, el encantador de palabras, y Mariko, sirenita inquieta que habita en el Támesis victoriano, han coincidido en concederle a este blog el mismo premio de forma casi sincronizada. Verónica, conjuradora de imágenes que habitan al otro lado del espejo, también tenía la intención, pero se le han adelantado. No sé si la mencionada coincidencia implica que se anulen mutuamente, pero es que eso es lo de menos. Lo importante es agradecerles la deferencia y sobretodo el que día tras día se pasen por estos lares a echar un vistazo y a dejar sus siempre jugosos comentarios. Evidentemente esto es extrapolable al resto de pobladores de este pedregal. Ellos saben bien quiénes son y cuánto les agradezo la vida que aportan a este rincón virtual. No diré nombres pues es la mejor manera de dejarse alguno. Del mismo modo, me quedaría corto nominando a cinco bitácoras para dicho premio. Cualquiera de las que consta en los enlaces de este blog lo merecería. Al fin y al cabo por eso están ahí.
Lo dicho. Muchas, muchísimas gracias.

Editando: Se me olvidaba citar cinco cosas que me gusta hacer.

—Perderme en un libro.
—Llenar de historias una pantalla en blanco.
—Disfrutar de una buena cerveza en mejor compañía.
—Comer (llamadme prosaico)
—Aprender a patinar (A ver si algún día cambio el verbo).