A principios de julio, poco después de la aparición del número 10, la publicación anunciaba en la web que el periodo de recepción de relatos quedaba cerrado hasta previo aviso. No tardó en dejar de funcionar su Myspace. Ayer se confirmaban mis temores: Miasma, deja de existir tanto en su edición catalana como en castellano.
Miasma nació en Manresa como fanzine de género en la primavera del 2006 de la mano de Meritxell Genescà y Caleb Ferrer. Desde entonces se han sucedido 10 números en su edición castellana, cuatro en la catalana y dos nominaciones a los ignotus.
En todo este tiempo la publicación fue experimentando mejoras de forma progresiva como fue incluir ilustraciones de los relatos más destacados o portadas a todo color, la primera en el segundo número en catalán, o ir cambiando el sistema de edición, que pasó de las grapas más clásicas a un lomo encolado que no acabó de cuajar y finalmente a espiral. En los últimos tiempos sus responsables también expresaron su voluntad de centrarse en el terror y la ciencia-ficción en detrimento de contenidos más propios del género fantástico.
Mención a parte merece el «Premi Miasma de relats de terror i ciència-ficció en català», que en tan sólo dos ediciones se convirtió en un certamen imprescindible dentro del calendario, reflejo del vacío que existe de eventos de este tipo en Catalunya más allá del UPC y de puntuales certámenes de municipios, y que ahora, con la desaparición de la publicación, vuelve a salir a la palestra.
Tuve la suerte de conocer a Meritxell y a Caleb en la entrega de los primeros premios Miasma. Saltaba a la vista que la organización de aquel evento y la edición del fanzine en sus dos versiones tenía que suponerles un trabajo enorme y la dedicación de muchas horas de su tiempo libre. Sin embargo, también resultaba evidente que todo era fruto de un entusiasmo contagioso y una gran pasión por el género.
Podría decir que la noticia del cierre de Miasma me entristece, que es una mala noticia para escritores y lectores del género. Pésima para quienes no renunciamos a hacerlo en catalán. Pero creo que todo esto es secundario. En este momento lo que realmente me apetece es agradecer a Caleb y a Meritxell los buenos ratos que su esfuerzo nos ha brindado a lo largo de estos casi tres años de trayecto. En mi caso, puedo decir sin temor alguno a equivocarme que alguno de ellos me acompañaran el resto de mi vida.
Moltes gràcies companys. Que tingueu sort!