Cada nueva reseña de una obra perpetrada en la soledad del ejercicio de escribir es una ventana abierta a lo que hemos, o no hemos, sabido transmitir. Y ahora que ya me he quedado descansado con la obviedad que acabo de soltar os dejo con un fragmento de la que ha parecido en el blog literario El Bosque del Duende Rojo. Con el olfato comercial que me carateriza, he escogido el párrafo en el que su autora me pega más caña. Si queréis leer la crítica completa la encontraréis aquí.
Debo reconocer que no me gustó el comienzo del libro, el tipo de humor no fue de mi agrado. No obstante, la historia avanza muy rápido, y según avanza, el humor se vuelve menos evidente, más sutil y sarcástico. Además no se abusa de él, como cabría esperar en una obra humorística, si no que deja espacio a escenas de acción, misterio e incluso dramatismo. Por lo tanto, aunque hay una socarronería desvergonzada y pícara subyacente en toda la obra, el autor logra otorgar a las escenas de tensión la importancia deseada, sin quedar eclipsadas por el elemento humorístico, lo cual me parece digno de mención.